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La personalidad de Petro según La Pulla o sobre disparar las mismas balas que nos hieren

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En la conferencia TED titulada “llegó la hora del periodismo visceral”, la periodista María Paulina Baena comenta en qué consiste la columna de opinión llamada “La Pulla”, defendiendo un periodismo visceral. La periodista presenta varios comentarios publicados en redes que rezan lo siguiente: “La que no me aguanto es esa gritona de la pulla”, “no sé porqué necesita hablar con tono prepotente y grotesco para quejarse o informar algo”, “independientemente del análisis que realice, ese tono de voz y esa actitud son bastante aburridores. Pienso que a la gente hay que llegarle con argumentos, no con ínfulas de intelectualimo”.

Posteriormente, en el mismo vídeo, María Paulina presenta las características que se supone deben tener los periodistas, que incluyen la imparcialidad. Y luego se enfoca en las características que se esperan de las mujeres periodistas enlistándolas como siguen: fabricada, maquillada, bien peinada, contenida, presentable, mesurada; en resumen: orden y decencia. 

Lo que la periodista afirma en el vídeo es cierto. Y no sólo ocurre en el periodismo. A mujeres como Paloma Valencia y Claudia López también se les ha intentado silenciar por ser demasiado “histéricas, locas”. A Claudia López le han cuestionado su capacidad para gobernar por ser una “marimacho”, “arepera”, “gritona”. Y esto lo puntualizaron tanto María Paulina Baena como Claudia López en el evento realizado en la Universidad de los Andes en este año, como culminación de la iniciativa de la Silla Vacía y otras instituciones, llamada “100 mujeres transformadoras”.

Lo común en los casos expuestos es la adjudicación de características supuestamente propias de su personalidad (actitudes, acciones, comportamientos, sentires, etc.) a estas mujeres. Y, además, la suposición de que estas características las imposibilita para hacer lo que hacen: ser figuras públicas en sus respectivos campos, tanto en el periodismo como en la política.

Pero la personalidad no es tan fácil de determinar. Empezando porque no hay un consenso con respecto a la existencia de ésta. El situacionismo, por ejemplo, afirma abiertamente que la personalidad no existe, es decir, que no existe un ser constante y permanente en cada sujeto, sino que actuamos conforme a las situaciones. Eso explica que no seamos iguales en el ambiente laboral a como somos con nuestros amigos o con nuestra familia. Discusiones similares hay al interior de la Ética, especialmente en la ética de las virtudes al preguntarnos por el carácter. Es posible, según algunos autores, que el carácter no exista.

El cuestionamiento a conceptos como “personalidad” y “carácter” tiene sentido, pues en la vida cotidiana notamos que las acciones, las actitudes, los comportamientos, los sentires y todo aquello que define la “personalidad” no son estables, sino que las situaciones y otros factores determinan todos esos elementos que nos componen Inclusive, desde una perspectiva más materialista, habría que reconocer el papel que el sistema económico cumple en todos ellos. El capitalismo configura modos de ser para crear al obrero ideal: disciplinado, que obedezca, que sea puntual, etc. ¿Eso indicaría que los obreros poseemos dicha personalidad y somos así constantemente?

La discusión sobre la personalidad implica, además, cuestiones ontológicas. Parte del supuesto de que hay cierto tipo de estabilidad y unidad en los sujetos. Esto se contradice con otras tesis ontológicas que defienden el devenir, la inestabilidad y la incertidumbre como características humanas. Es entendible, entonces, que no haya un consenso total al respecto.

En el vídeo publicado por La Pulla titulado “Gustavo Petro NO merece ser presidente”, una de las razones que dan para defender la tesis que da titulo al vídeo es la personalidad de Petro. Pero no es una razón tangencial o irrelevante, es una razón central. Literalmente dicen “Petro no suele sonreír, es buen bailarín y habla de sí mismo en tercera persona. Además, tiene fama de orgulloso, egocéntrico, soberbio y de inflar sus éxitos. Y, no es sólo fama: es verdad”.

Posteriormente presentan “pruebas” que sostienen dicha caracterización. Las pruebas son el rechazo a la renuncia de Bravo por el problema con las basuras que hubo en Bogotá porque, según La Pulla, a Petro le importaba más el capital político que los ciudadanos. La otra prueba es el caso de Guillermo Asprilla, quien fue inhabilitado por la Procuraduría por ser abogado en una demanda contra el Distrito a la vez que tenía un cargo en el Distrito, a lo cual Petro respondió que dicha decisión era parte de la persecución política que la Procuraduría emprendió durante toda su administración en su contra. La Pulla cierra estas dos pruebas concluyendo que “Es la muestra perfecta de alguien que prefiere tener la razón a cualquier precio antes que aceptar un error. Una muestra de SOBERBIA (las mayúsculas no son mías, son de La Pulla)”.

En primer lugar, esa conclusión no se sigue de las premisas, por lo tanto, el argumento es inválido. En segundo lugar, me pregunto cómo dos casos de los cuales sólo uno tiene la justificación explícita dada por Petro pueden sostener unas supuestas características de la personalidad del candidato a la presidencia, con todo lo que la palabra “personalidad” significa, es decir, fundamentalmente que hay algo constante en él. ¿Y qué pasa si fue sólo una respuesta a dos situaciones determinadas, como todo el mundo en algunos momentos responde con orgullo ante las acciones de otros?

Posteriormente, en el mismo vídeo lo acusan de ser un individualista radical, a lo cual le suman que Petro se cree capaz de saberlo todo y hasta más. ¿Las pruebas? La toma de decisiones de Petro en dos situaciones en las cuales no consultó a su equipo y las renuncias presentadas por algunos de los miembros de su equipo. Para demostrar que suele engrandecer sus logros presentan como prueba los 48 colegios nuevos construidos durante la administración Petro, los cuales, él con pruebas demostró que sí fueron construidos sólo que no en lotes nuevos, porque el Distrito ya contaba con lotes suficientes para ese proyecto.

Pues bien, de esos casos se saca un universal: Petro es… Asignándole características que se suponen constantes. Pero, si en realidad Petro es un individualista radical ¿cómo se puede explicar su apertura dialógica con los movimientos sociales que fue una constante durante su administración? Si suele engrandecer sus logros ¿cómo se explica que en tarima reconociera que logros como la suspensión de las corridas de toros en Bogotá son producto del trabajo de animalista de mano de su administración, no sólo de él. Estos ejemplos también podrían tomarse para definir una caracterización completamente distinta de la personalidad de Petro.

Es más, ¿cómo entran en esa caracterización las constantes acciones de la Colombia Humana pidiendo unidad a la Coalición Colombia y a De la Calle a pesar de las múltiples respuestas negativas y de los ataques que ha recibido, especialmente de la campaña de la Coalición (como “no votes con miedo”, “no polaricemos”, o las publicaciones de Fajardo, Claudia López y Robledo contra Petro). Una persona que sea orgullosa y egocéntrica no agacharía la cabeza tantas veces frente a quienes sólo le dan cachetadas. Cualquiera podría tomar estos hechos puntuales y a partir de ahí deducir que Petro es en su personalidad una persona humilde, que perdona, que quiere trabajar con otros, etc.

Lo más preocupante es que La Pulla intente sostener de manera supuestamente objetiva la caracterización de la personalidad de Petro. Dependiendo de la situación que se tome, Petro puede ser caracterizado de una u otra manera y los juicios que se hagan sobre su personalidad resultan siendo totalmente subjetivos. Sí, de igual modo como ocurre con todos nosotros: no nos caracterizará de igual manera nuestra mamá o nuestro enemigo, o nuestra pareja a como nos caracteriza una persona que recién nos conoce. Es más, los juicios que sobre nuestra personalidad (X es …) hagan las personas no son siempre los mismos. No es igual nuestra personalidad para nuestra pareja cuando llevamos 15 días de relación que cuando llevamos 3 años conviviendo. ¿De qué manera garantizar que los juicios que hago sobre la personalidad de alguien sí corresponden a una realidad objetiva que me sobrepasa?, ¿es posible que exista dicha objetividad? Al parecer estos interrogantes no resultan siendo relevantes para La Pulla cuando emiten esos juicios, sino que, por el contrario, afirman con certeza que se trata de LA VERDAD (estas mayúsculas sí son mías).

El otro elemento cuestionable es que ahora La Pulla juegue a lo mismo que criticaba a sus críticos. ¿Realmente características como ser gritona, orgulloso, con ínfulas de intelectualismo, egocéntrico, etc. hacen a la gente incompetente para realizar su papel como gobernante o como periodista?, ¿qué hace válida esta caracterización de Petro y la conclusión de que por eso no puede gobernar pero no hace válida la crítica de que no se puede hacer periodismo si se es gritona y se tiene ínfulas de intelectualismo? En este punto no hay diferencia entre La Pulla y los críticos de la Pulla: ambos están partiendo del supuesto de que pueden caracterizar ontológicamente (lo que es X) a una persona y a partir de ahí deducir su incapacidad para cumplir adecuadamente con su papel.

Muchos de los errores presentados por la Pulla son ciertos. También creo que es necesario que esos errores salgan a la luz pública por dos razones principales:1. Así los gobernantes saben que estamos al tanto de su gestión y que, por lo tanto, no pueden hacer lo que quieran, 2. Porque esto puede ayudar a que los candidatos se miren a sí mismos, se cuestionen y procuren no cometer los mismos errores. Pero, por supuesto, dichos errores deben ser señalados a todos los candidatos, porque ninguno está limpio. Y, dichos errores no pueden venir a, supuestamente, justificar que es verdad que una persona es ontológicamente de determinada manera porque, como ya argumenté, esa caracterización es subjetiva y varía dependiendo de las situaciones que se privilegien. 

De lo anterior concluyo que es necesario hacer crítica a los candidatos, pero no de ese modo. La solución no es disparar a los otros con las armas que nos hieren o dicho en palabras de Audre Lorde “las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo”. Si no nos gusta que la crítica que nos hacen la dirijan a lo gritonas que somos, a que somos mujeres, etc. no hagamos lo mismo cuando criticamos al otro.
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Sharon Barón | @SharonVeg1 | Licenciada en Ciencias Sociales, estudiante de Filosofía, activista antiespecista y feminista. Las letras son el aire que respira, la música es el suelo que la sostiene y los demás animales son su razón de ser. (Sigue) Exist(iendo)e por y para la transformación.

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