Circula por ahí un video de una ONG ‘progre’ en el que critican el Ministerio de la Igualdad. Lo ví por curiosidad porque quería conocer las razones, bien sustentadas, por las que no están de acuerdo con la nueva cartera, supuse que sus argumentos estarían lejos de los de la derecha. Hasta saque papel y lápiz para tomar nota porque me imaginé que pondrían sobre la mesa debates teóricos, nombrarían autoras y toda la cosa, pero no. Me equivoqué.
El argumento es básicamente el siguiente: el Ministerio es un desperdicio de plata porque ya hay otras entidades o direcciones que trabajan con esas poblaciones, la contratación se presta para pagar favores políticos y no es más que una propuesta vacía.
Ya hay varios artículos y videos que hablan sobre la estructura del Ministerio, el bajo presupuesto que tiene en comparación con otros, o el reto que tiene la vicepresidenta y ministra Francia Márquez para acompasar las dos agendas, así que no me voy a detener en eso que ya ha sido ampliamente analizado sino de los siguientes aspectos:
1.
Los tres poderes públicos en Colombia se han construido con una lógica machista, racista, clasista y patriarcal, no es una exageración, es una verdad de perogrullo. El Ministerio de la Igualdad rompe con este esquema en el ejecutivo y, además, lo pone en función de la garantía de derechos de comunidades históricamente excluidas.
2.
700 cargos para un ministerio es una cifra realmente muy baja. Los viceministerios son: de la mujer; de juventud; para las poblaciones y territorios excluidos y la superación de la pobreza; de las diversidades; y, finalmente, de pueblos étnicos y campesinos. Digamos que cada viceministerio va a tener la misma cantidad de funcionarios, serían entonces, más o menos, 140 personas en cada uno. Es decir, cada viceministerio va a ser más chiquito que la alcaldía local de Ciudad Bolívar en Bogotá.
Es decir, cada viceministerio va a ser más chiquito que la alcaldía local de Ciudad Bolívar en Bogotá.
Un ejemplo, hay resguardos o consejos comunitarios que superan las 3000 personas, hay zonas de reserva campesina o territorios campesinos agroalimentarios que superan las 800 personas, teniendo en cuenta eso me pregunto ¿Será que 700 personas son suficientes? porque aquí estamos hablando del Estado, no de otra ONG. Creo que las preocupaciones en este sentido deberían ser: ¿Cómo van a manejar las cargas laborales para que sea una entidad eficiente, pero no a costa de quienes trabajarán allá?, ¿Cómo le van a garantizar atención en salud mental a l_s funcionarios para evitar el síndrome de burnout?
También sería chévere hablar sobre el Estado como empleador, pensando en el fortalecimiento de lo público con contratación directa o, así sea, por prestación de servicios. Parece que hemos normalizado la reproducción de la tercerización de esta oferta estatal por medio de las ONGs o las empresas, sin que eso se traduzca, necesariamente, en mayor gestión o eficiencia.
3.
Seguramente van a poner cuotas políticas en el Ministerio de la Igualdad, no faltarán uribistas y godos, de hecho, es de esperarse que eso pase, porque un gobierno se construye a partir de la negociación, es así como se logra la gobernabilidad. Es ingenuo esperar que sea diferente.
4.
La articulación con otras direcciones que misionalmente apuntan a trabajar con estos sectores es una preocupación importante, pero poner al mismo nivel la subdirección de alguna cosa, con un viceministerio, da cuenta del desconocimiento de la estructura del Estado, de los alcances presupuestales o del peso político que se le da a ciertos temas.
5.
Es válido azararse, pero si somos de sectores ‘progres’, las preocupaciones con el Ministerio de la Igualdad son diferentes a las de las derechas.
El Ministerio de la Igualdad no va a terminar con la desigualdad en el país, pero si cambia la forma en la que se ha venido abordando , entendiendo que los problemas del país son estructurales, y que la exclusión es resultado de eso, no de las personas que no fueron capaces de echarle ganas a la vida.
Es válido azararse, pero si somos de sectores ‘progres’, las preocupaciones con el Ministerio de la Igualdad son diferentes a las de las derechas.
Recordemos que Colombia va más allá del barrio tranqui en el que algun_s viven, que hay sectores a los que, lamentablemente, no les queda otro camino diferente al delito porque encuentran todas las puertas cerradas y su experiencia está marcada por la subalternidad, o que estudiar ya no es sinónimo de movilidad social. Para cerrar, como diría Silvio Rodríguez en la Canción en Harapos:
Qué fácil es protestar por la bomba que cayó
A mil kilómetros del ropero y del refrigerador
Qué fácil es escribir algo que invite a la acción
Contra tiranos, contra asesinos
Contra la cruz o el poder divino
Siempre al alcance de la vidriera y el comedor
Posdata: un artículo de opinión no es objetivo, sin embargo, sí es importante estudiar antes de decir lo que se va a decir, toca revisar bibliografía, consultar con las amistades, en fin, el contenido importa no solo los likes.
Estimada Terrible: en términos generales estoy de acuerdo, y me parece muy apropiada la postdata. Refuerzo un poco: el artículo de opinión gana en calidad en la medida que se entrecruza con la investigación, y a la inversa, se convierte en simple berrinche o alharaca entre menos documentada haya sido su construcción.