No vote por su jefe politiquero, ni por su amigo corrupto. Un llamado a la coherencia

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Por allá en 1960, decía el Che que “la revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, sino en el corazón para morir por ella”. Evidentemente, estas palabras se pronunciaron en un contexto donde la lucha armada aún se concebía cómo un camino para construir los cambios sociales. Sin embargo, esta frase sigue vigente. Tal vez, ya no a favor de la lucha armada pero sí como un retumbante eco, que invoca de frente un único aspecto, la coherencia.

Por allá en 1960, decía el Che que “la revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, sino en el corazón para morir por ella”. Evidentemente, estas palabras se pronunciaron en un contexto donde la lucha armada aún se concebía cómo un camino para construir los cambios sociales. Sin embargo, esta frase sigue vigente. Tal vez, ya no a favor de la lucha armada pero sí como un retumbante eco, que invoca de frente un único aspecto, la coherencia.

Por ello es importante analizar nuestro comportamiento como ciudadanos y ciudadanas de a pie, respecto a el nacimiento de la nueva guerrilla disidente de las FARC-EP. Es nuestra obligación preguntarnos, ¿estamos actuando con coherencia para cambiar este rumbo guerrerista que el gobierno corrupto estableció para el país? ¿o sólo nos conformamos con quejarnos y culpar a los otros?

Pues bien, durante el paso de los años, es común leer a personas quejarse de las injusticias del Estado, por medio de las alcantarillas que son las redes sociales. Sin embargo, en época de elecciones muchas de estas personas hacen campaña electoral a favor de los partidos políticos que nos mantienen en el atraso y en la guerra, excusándose en que “es para ayudarle a mi jefe, a mi amigo, a mi familiar” etc. Entonces ¿en dónde dejan la coherencia?, a diario repudian la corrupción del Estado, pero al momento de votar, lo hacen por el politiquero que les ofrece dinero, por el amigo que no sabe de administración pública, pero quiere ser edil o concejal, por el mafioso del pueblo, por el pícaro del barrio, por el machista del trabajo, etc.

Tal vez, Colombia no vaya ser mejorada por una guerrilla alzada en armas, eso es lo más probable. Pero ¿qué les hace pensar que sí va mejorar en cabeza de un guerrerista, de un ladrón, o de un machista? Seamos consecuentes, entendamos que, si la estructura corrupta del Estado y de la sociedad colombiana es la causa del problema, y el conflicto armado es una de sus consecuencias, entonces, la solución quizás sea, atacar primordialmente a la causa, así que la invitación es a enfrentar a la corrupción con la mejor arma que tenemos, la coherencia.

Finalmente, recuerde que la democracia no se debe reducir a las urnas, pero en esta coyuntura, ármese de coherencia, no vote por su jefe el machista y politiquero, ni por su familiar el ambicioso, ni por su amigo el corrupto. Permítale, su voto a la vida, a la diversidad, a la naturaleza, a la igualdad y a la paz. Vote por el bienestar de su barrio, por un transporte digno, por un sistema de salud eficiente, por la implementación de energías más limpias, por la igualdad de género. No viva de la queja, entréguele su vida y sus esfuerzos a cambiar este país. Así, seremos una y mil veces más “la pesadilla de quienes pretenden arrebatarnos los sueños”.

 

Publicado 2 de septiembre de 2019.

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Por: Andrés Felipe Torres |@Felipe7orres | Estudiante de derecho, con estudios en administración ambiental. El desarrollo de una nación es proporcional a la participación de su pueblo en la democracia.

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