El día 30 de junio más de 160 familias se quedaron sin trabajo. Lo sabemos, esto no es algo nuevo en Colombia, no lo es. Lo nuevo es de dónde eran esos trabajadores y lo que significa su despido para el momento actual que vive el país. Hablamos de 160 familias que de un solo tajo quedaron a la deriva. No fueron cuatro despidos, fueron 164 (número exacto), de un solo golpe.
Desde que inició la pandemia en Colombia, hemos visto cómo las pequeñas empresas se desploman frente a los ojos de todos, que la culpa es del COVID —nos dicen—, pero seguro no tiene nada que ver el hecho de que los politiqueros (esa pandemia que hemos vivido por décadas) se roben las ayudas y los salvamentos que provienen del dinero que pagamos de impuestos y que aportan las empresas públicas del Estado, precisamente, para que esta situación no suceda, para que el impacto económico de la pandemia no sea el actual, el que hoy sufrimos.
164 despedidos por el Banco de la República, de un tajo, sin asco y esto sucedió en la Biblioteca Luis Ángel Arango. No hablamos de una MyPime, ni de una empresa mediana, acá hablamos del emisor del país, de uno de los patronos o empleadores más billonarios del país y de América Latina; y los despidos los aprobó una Junta Directiva cuyos sueldos promedios son de 20 a 50 millones más prerogativas. No hay derecho, la gente que echaron recibían sueldos de $900.000, la mayoría madres cabeza de hogar, gente con hasta 20 años de trabajo, varios a punto de recibir pensión, hablamos de la gente de la Luis Ángel Arango, quienes nos entregan los libros, nos ayudan a conseguir nuestras metas intelectuales, culturales y laborales. NO hay derecho, o tal vez sí lo hay para la Administración de BanRep la cual aduce que no “echó a nadie”, que tan solo “canceló un contrato” del que dependían 164 familias. Leguleyadas y crueldades de la jeringonza jurídica mal acontecida en manos de personas que esperemos se retracten de sus propios actos.
¿Pero qué significa un despido de esta magnitud en el Banco de la República, los mismos que en el pasado mes de mayo reportaron ganancias de 6.1 billones de pesos? ¿Qué significa un despido ahí? Significa algo concreto: que, si un patrono de empresa pública que reporta ganancias billonarias despide a destajo a más de una centena de trabajadores de sueldo mínimo, y esto en medio de uno de los acontecimientos más terribles del último siglo (me refiero a la pandemia), quiere decir que de ahí para abajo puede suceder cualquier cosa en la vida laboral de los y las colombianas. ¿Qué viene?: ¿300 empleados de un solo tajo? ¿600 empleados? ¿30 mil empelados? ¿500 mil? Pero ojo, no se confundan, no son “echados”, solo no se les “actualizó el contrato” ¿Así o más crueles?
¿Y qué han hecho los bibliotecarios al respecto? Su lucha ha generado un apoyo irrestricto por parte de la Asociación Nacional de Empleados del Banco de la República, y simpatías en la Unión Sindical Obrera y demás sindicatos del país, también en artistas, intelectuales y políticos, simpatías y apoyos suscitados por la dignidad de sus acciones: una marcha en plena pandemia, dos plantones también en pandemia y una nueva marcha virtual en medio del nuevo confinamiento declarado en localidades de Bogotá. Se mueven los bibliotecarios de la Luis Ángel Arango, nos dan esperanzas, y eso es meritorio.
Hoy la lucha de los bibliotecarios de la Luis Ángel Arango representa la lucha del colombiano y colombiana promedio a no desaparecer en medio de esta pandemia, a pararse duro frente a las injusticias y a dar claridad de que aceptar las desgracias no nos hace mejores personas sino que ayuda a que la situación empeore, que hay que luchar, organizarse y defender los intereses de nuestras familias porque la vida está de por medio, sin duda, también señalarían un nuevo horizonte, el de construir un gran movimiento ciudadano sin tintes partidistas, que ponga el tema concreto en la agenda política: reintegro para los y las trabajadoras despedidas en pandemia, y que MinTrabajo haga su trabajo.