Por: Observatorio de Militarismo
El contexto global de exacerbación de los conflictos armados locales e internacionales y un examen de la situación de la objeción de conciencia hecho por el Observatorio con ocasión con una colaboración para las Naciones Unidas nos invita a decir varias cosas:
Las guerras y los genocidios se sostienen con el servicio militar. En tiempos de guerra preocupa que se reactive el carácter obligatorio de servicios militares en la frontera oriental del territorio de la OTAN en la tan civilizada Europa. En los inicios de los 80s hasta los 90s hubo un número creciente de países en Europa que abolieron o suspendieron la conscripción (servicio obligatorio), proceso que se revirtió desde 2013. El referendo popular en Austria y los austriacos votaron por mantener el servicio militar, luego cuando vino la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 varios países que habían suspendido la conscripción volvieron a ella: por supuesto Ucrania, Georgia, Letonia y más recientemente Suecia.
La libreta militar restringe derechos en distintos países. En Rusia y Bielorusia, entre otros, al igual que en Colombia, se restringe el derecho al trabajo por no tener libreta militar. La bancada de gobierno actual propuso en la legislatura pasada que la libreta militar volviera a ser requisito para la expedición del pasaporte para todos los hombres. Vaya progresismo el que tiene Colombia en el legislativo!
¿Son esos los ejemplos que deseamos seguir? Ya tenemos cédulas, ¿Qué necesidad de crear otro documento para las garantías derechos como ciudadano?
La objeción de conciencia encuentra restricciones en distintos países. Las alternativas al SMO es lo primero que se va en contextos de conflicto armado.
En distintos países se obstaculiza e incluso se restringe en la práctica el derecho a la objeción de conciencia dependiendo de si las razones que aducen las personas que se niegan a participar de los ejércitos y las guerras están basadas en motivos políticos, y se favorecen los argumentos de tipo religioso.
Tanto en Rusia como en Ucrania, y en ese lugar que la historia colonial ha de llamar “Israel”, el servicio militar obligatorio se mantiene, y en los tres casos presionan, acosan, intentan persuadir y encarcelan a objetores y objetoras de conciencia que se resisten a participar en la guerra y el genocidio. Israel convocó a 360.000 reservistas hombres y mujeres para activar el despliegue genocida en territorio palestino.
En Colombia la Objeción de Conciencia está reconocida pero es difícil de ejercer para negarse al servicio militar obligatorio, incluso es difícil acceder a datos oficiales. Es más probable que sean aceptadas las objeciones de conciencia que se sustentan en argumentos religiosos (82%), frente a las razones políticas (12%). Esta información corresponde al periodo 2017 – 2020, y sí, ya es vieja, pero desde entonces los correspondientes Ministerios de Defensa del anterior y el actual gobierno se han negado a dar la información oficialmente requerida.
En Colombia el ejercicio de la objeción de conciencia implica que las razones sean evaluadas por una comisión interdisciplinaria, la cual no es más que una un grupo de actores militares subordinados a la jerarquía que la ley establece. Este tribunal imposible está constituido para evaluar las razones que sustenta las objeciones con los criterios de que estas sean fijas, profundas y sinceras. ¿Cómo entender eso de “razones fijas”? Es de suyo a la condición humana el cambiar, lo vemos cada día, en los cuerpos y las conciencias propias, (por eso no permite la ley que vayan menores al servicio militar), lo vemos con descaro en los políticos a quien nadie juzga ni evalúa. Asumir que las razones de conciencia pueden tener una suerte de esencia que las puede hacer “fijas” es dejar sin sustento el sistema educativo y carcelario que los demócratas defienden con su capa y su espada.
Ahora, ¿cómo puede un grupo de personas subordinadas a la jerarquía militar evaluar si las razones de un objetor son sinceras y profundas? lo que hemos sabido es que no evalúan, por el contrario, esta comisión desvirtúa y se persuade a los objetores con un despliegue de pecho hinchado de masculinidad uniformada y envalentonada. Además de que resulta ilógico probar la conciencia, no hacen ni siquiera el esfuerzo al que la absurda doctrina constitucional y la ley que dicen defender les obliga.
En el año 2023 fueron reclutadas 5000 mujeres de forma voluntaria al servicio militar, y planean seguir haciéndolo. Sustentan los ejércitos esta apertura (que en Colombia solo tenía como antecedente un único año luego de la Constitución del 91) como una forma de inclusión a las mujeres y un avance en la igualdad. Sin palabras para agregar al respecto. Claramente ya hemos sabido de mujeres que frente al desencuentro con esa violenta y patriarcal institución que es el Ejército, no han tenido la posibilidad de recurrir a la objeción de conciencia, porque ellas están ahí de forma voluntaria lo cual inaugura una incompatibilidad con el procedimiento establecido por la ley.
Es vital que en Colombia se incluya el derecho a la objeción a la reserva militar dentro del ordenamiento nacional. Con los aires de guerras internacionales en tantos lugares del planeta y con la historia servil de Colombia en la escena bélica global, resulta necesario que la objeción de conciencia se aplique a la negación a ser parte de la reserva. Es que cualquier legislador o magistrado realmente comprometido con lo que, sentados en la ancha silla de la unanimidad, llaman democracia.
Adendo. Pocos dias de entregar el aporte del análisis de la objeción de conciencia en Colombia al OACNUDH, el representante de esta oficina en Nueva York renunció ante la impotencia de no poder hacer nada ante el inicio de la exacerbación del genocidio contra el pueblo palestino en octubre de 2023.