Iván Duque: 4 años de humor

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Por: Nicolás Roa

Algo que resulta muy indicativo de una sociedad es su capacidad de reírse de si misma, aún de sus peores tragedias. Recientemente, por ejemplo, han aflorado ejemplos de burla de acontecimientos extremadamente trágicos como el Holocausto nazi y los atentados del 11 de septiembre de 2001[1]. Son cuestiones difíciles de procesar, y en ellas la risa juega un papel de irreverencia y reparación. Se puede extraer humor de las experiencias difíciles, aunque nunca lo terrorífico y doloroso deje de serlo. Por ello, parte del balance sobre el gobierno de Iván Duque se relaciona con el humor, pues el presidente saliente fue una fuente inagotable de burlas y chistes que circularon por distintos medios. El gobierno que acaba el 7 de agosto de 2022 fue tan trágico que terminó siendo cómico, en tanto su conjunto de actuaciones y discursos fueron motivo de risa de gente que encontró nuevos medios para expresar burlas frente al poder.

parte del balance sobre el gobierno de Iván Duque se relaciona con el humor, pues el presidente saliente fue una fuente inagotable de burlas y chistes que circularon por distintos medios

El gobierno Duque fue dramático pues deja un balance social y económico crítico. El apego del gobierno uribista al dogma neoliberal dejó a Colombia en un amplio endeudamiento, una crisis fiscal considerable y una pobreza disparada por sucesos geopolíticos como la pandemia y el aumento global de la inflación. Además, desconoció partes del acuerdo de paz, estigmatizó a sus oponentes políticos y fue cómplice de graves violaciones a los derechos humanos como el asesinato de menores reclutados forzosamente por grupos ilegales. Si a esto se le suman los graves escándalos de desfalco de las arcas públicas se tiene una tormenta de ilegitimidad política y crisis económica. Por ello, no es raro que en este cuatrienio se hayan presentado las protestas sociales más amplias e intensas de las últimas décadas.

Así, la gente pudo responder al tono chabacano con el que Duque buscó conquistar a sus electores: los concursos de hacer “cabecitas”, el presidente guitarrista, el bailarín y el mejor amigo de Uribe.

Incluso antes del principio del mandato uribista, las burlas estuvieron al orden del día. En parte, esto sucedió gracias a una especie de democratización del humor político a través de medios digitales de circulación de contenidos. Así, la gente pudo responder al tono chabacano con el que Duque buscó conquistar a sus electores: los concursos de hacer “cabecitas”, el presidente guitarrista, el bailarín y el mejor amigo de Uribe. Esta banalización de la campaña electoral terminó jugándole en contra al gobierno, pues estableció parte del tono con el que sería valorada su obra y su personalidad pública. Duque pasó del anonimato al desprestigió a través de una campaña electoral en el que el principal argumento era “no volvernos como Venezuela”

Frente a esto, el derecho a burlarse del poder sirvió para reducir la distancia entre lo que Jorge Eliecer Gaitán llamaba el país nacional —la gente que lucha diariamente a través del trabajo por su subsistencia — y el país político —una clase que piensa en las dinámicas del poder para buscar su beneficio personal —[2]. En este caso, el país nacional construyó formas de interpretar las rabietas, canalladas y delirios del gobernante de las canas pintadas. No obstante, este marco osciló entre la extrema simplificación de la política a través de los insultos y los formatos estandarizados de los memes de internet, y el humor satírico que pone a pensar en la distancia entre lo que debería haber y lo que en efecto hay. De este contexto se presenta el auge de los YouTubers satíricos, quienes, desde distintos ángulos, se volvieron una fuente importante de información y análisis al margen de los medios de comunicación tradicionales. Es sintomático que el canal de YouTube de Juanpis González —personaje satírico creado por el humorista Alejandro Riaño y cuyo canal fue creado a mediados de 2018, justo en la víspera del gobierno Duque — tenga más suscriptores que los de los principales medios impresos de Colombia: El Tiempo y El Espectador.

No es un asunto menor, pues demuestra la forma en la que las críticas producidas y circuladas en medios masivos sirven para establecer una forma de entender los hechos y acciones alrededor de un personaje sobre la base de referencias y criterios comunes.

Durante el cuatrienio, los caricaturistas tradicionales estandarizaron la figura de Duque como un bajito rechoncho, y frente a sus críticos más hostiles se volvió un cerdo, o un cerdito, según el tono[3]. Los memes de internet, en general, siguieron esta misma línea. No es un asunto menor, pues demuestra la forma en la que las críticas producidas y circuladas en medios masivos sirven para establecer una forma de entender los hechos y acciones alrededor de un personaje sobre la base de referencias y criterios comunes. A través de estos referentes se construyeron lecturas colectivas para gente que comenzó a entender que tiene mucho en común al momento de interpretar los valores públicos, asunto que fue fundamental en los paros nacionales y en el amplísimo rechazo a la clase política tradicional en las elecciones de 2022. Por ello, también los muros también se llenaron de contenidos satíricos, de parodia y de ironía.

El humor sirvió a la gente que protestó para señalar la incongruencia entre lo que sucedía y lo que debería suceder. En particular, los temas referentes a las graves violaciones a los derechos humanos establecieron que el Estado no cumple su función de cuidar a la ciudadanía. Por una parte, se señalaron niñas y niños reclutados forzadamente como “máquinas de guerra”, estableciendo así un marco discursivo para justificar la violencia contra ellos; también sirvió para denunciar la agresiva andanada policial en contra de la protesta social. Todo ello condujo a ratificar los intereses comunes de los manifestantes y una identidad basada en la burla —también— frente a un establecimiento que ha sostenido un modelo social y económico excluyente. Detrás de las risas hubo una crítica de fondo, así como se manifestó la voz de amplias capas sociales históricamente marginadas de los debates públicos.

La risa se puso al servicio de la generación de ideas colectivas en medio de la lucha, y fue fundamental en la valoración de Iván Duque como personaje público.

En síntesis, el humor sirvió para burlarse del poder, difundir ideas que tuvieron un suelo fértil en la indignación ciudadana y expresar la profunda indignación con muchas de las peores circunstancias que se viven en Colombia. La risa se puso al servicio de la generación de ideas colectivas en medio de la lucha, y fue fundamental en la valoración de Iván Duque como personaje público. Si se estudia más a profundidad, es un ejemplo fundamental de como la risa en Colombia sirve para afrontar las dificultades de la vida en una de las sociedades más desiguales del mundo: es una forma de afrontar lo traumático y de expresar lo inexpresable. El humor cumple, entonces, una función política de invertir el mundo y una función de memoria histórica, en la que quedará una amplísima riqueza de fuentes para evidenciar cómo la gente interpretó y actuó frente a este gobierno.

No obstante, como manifestó el dibujante argentino Quino citando a un colega norteamericano: “Los aliados no derrotaron a Hitler con tinta china”[4]. Cambiar un país donde no vuelvan a suceder tragedias como el asesinato de Jaime Garzón requiere pasar de la risa a la acción, tal como ha venido sucediendo en los últimos años a través de las manifestaciones colectivas que han sacudido el país. Por eso, es valioso que frente al gobierno de una élite revanchista que afortunadamente ya acaba se reivindique el derecho a reírse del poder, algo que la gente también se ganó en las calles.


[1] Por ejemplo, esta entrevista a Etgar Keret  https://www.lavanguardia.com/cultura/20201225/6148016/hay-humor-sobre-holocausto.html

[2] “En Colombia hay dos países: el país político y el país nacional” https://rebelion.org/en-colombia-hay-dos-paises-el-pais-politico-y-el-pais-nacional/

[3] Entrevista a Julio César González, “Matador”, por Infobae https://www.infobae.com/america/colombia/2022/01/30/quitarle-el-aviso-de-cerdo-a-ivan-duque-es-imposible-matador-hablo-de-su-nueva-obra-teatral-cerdocracia/

[4] Entrevista a Quino en el programa A Fondo, en https://www.youtube.com/watch?v=cuR8yFOc9hE

Sociólogo y magister en historia. Militante del Polo Democrático.
Sociólogo y magister en historia. Militante del Polo Democrático.

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