En redes sociales nos topamos con una versión de la canción sin miedo, interpretada en el municipio de Túquerres, departamento de Nariño. La canción sin miedo fue compuesta por la mexicana Viviana Monserrat Quintana, más conocida como Vivir Quintan, por petición de la cantautora chilena Mon Laferte. Una composición política feminista, elaborada con la fuerza de la rabia que movilizó el feminicidio de una de sus amigas.
La curiosidad por la versión nariñense nos llevó a contactar a una de sus promotoras, María Fernanda Arévalo, jefa de la oficina de mujer y género de la Alcaldía de Túquerres, quien nos contó como fue el proceso de esta realización comunitario-institucional.
Revista Hekatombe: ¿A qué se debe la realización del vídeo?
María Fernanda Arévalo: la realización del video surge de la necesidad de construir espacios colectivos que traten el tema de los derechos de las mujeres, con especial atención a las violencias basadas en género (VBG), un flagelo latente en la actualidad y que ha cobrado la vida de muchas mujeres, no solo a nivel nacional sino internacional (carecemos de procesos organizativos que evidencien con fuerza la movilización social de las mujeres).
Revista Hekatombe: ¿Cómo fue el proceso de realización?
María Fernanda Arévalo: la realización fue un tejido colectivo entre mujeres en medio de la pandemia, en pleno aislamiento social obligatorio, es decir, cada una de las mujeres que aparecen en el video grabaron su parte desde sus casas. Desde Julio del 2020 no habíamos tenido la oportunidad de vernos frente a frente hasta febrero de este año, cuando por fin materializamos la idea a través de una producción audiovisual.
Revista Hekatombe: ¿El vídeo hace parte de una campaña coyuntural o permanente frente a la violencia contra las mujeres?
María Fernanda Arévalo: si, el video hace parte de una estrategia global donde son importantes dos elementos, los medios de comunicación y producción audiovisual y también los procesos de formación para lograr comprender la realidad de las mujeres en la actualidad.
Revista Hekatombe: ¿Cuál es la situación de violencia contra las mujeres en este momento a nivel municipal y departamental?
María Fernanda Arévalo: se considera que la situación de violencia se ha acrecentado, pero personalmente lo observo desde lo estructural, creo que cada día se agudiza y no existen las herramientas suficientes desde lo social e institucional para poder sobrellevar todo este asunto.
En la actualidad por ejemplo he notado que la parte judicial tiene bastantes problemas, sin ser profesional en el tema, el Ministerio público debería actuar con más celeridad, las rutas de atención deberían contar con procesos más efectivos como la sensibilización de sus funcionarios en temas relacionados con los derechos de las mujeres y las VBG.
A inicio de año, no llevábamos dos meses del 2021 y se habían cometido cerca de 14 feminicidios de los cuales 7 se habían perpetrado en el departamento de Nariño, sumado a esto están las estadísticas de mujeres que no se animan a denunciar, que conviven con su agresor por miedo u otros factores bastante delicados, no asociados a la inmediatez. Nariño tiene una cultura conservadora, comparte esa visión con otros territorios de Colombia, donde el machismo es latente y es una forma de vida naturalizada, por ende, los casos de violencia de género en un 70% de los casos pasa inadvertida.
Creo que por eso es tan importante el ascenso que tiene la movilización social de las mujeres en la actualidad, no solo hay activismo frente al tema de las mujeres, el feminismo y los derechos, sino que se avanza con pasos agigantados en materia de investigaciones relacionados con asuntos de género, estadísticas y observatorios que al final del día son las bases para determinar que hacer desde lo institucional, pero la agitación de vanguardia del movimiento debe mantenerse, en Colombia y en el Mundo.
Revista Hekatombe: ¿Qué acciones ha venido tomando la administración para prevenir la violencia contra la mujer?
María Fernanda Arévalo: este espacio se ha construido también desde la diversidad y la colectividad, donde ha sido de gran relevancia la inclusión social con los enfoques de género para atender a mujeres de todos los sectores y así mismo a la población LGBTIQ u OSIG, como en la actualidad se les reconoce.
En primera instancia ha sido tratar de caracterizar la situación de las mujeres en torno a las actuaciones que realiza la institucionalidad para atender casos de VBG, por otro lado, está la promoción de espacios donde se hable abiertamente de la violencia y los tipos de violencia que afectan a las mujeres.
Así mismo ha sido de gran ayuda la creación de las rutas de atención, creadas en cada municipio o departamento, eso genera un ambiente de confianza con la ciudadanía para que sepan a qué entidades pueden acudir o que personas pueden atender su caso dependiendo de la situación, muchas mujeres inician su proceso solicitando atención y acompañamiento en salud mental y queremos ser fuertes en estos componentes.