Dice la canción de la agrupación Mägo de Oz “No todo es blanco o negro, es gris. Todo depende del matiz (…)”, todo, hasta la renuncia de Robledo de la Colombia Humana. A continuación, voy a presentar algunos comentarios absolutamente impopulares, pero que me atrevo a compartir porque pueden aportar al debate, pues considero que la discusión política debe ir más allá de la posición política. En ese sentido, creo que la cuestión es más compleja que afirmar «estoy con Ángela María Robledo y en contra de Petro» o «estoy con Petro y en contra de Ángela María Robledo».
Sobre la Colombia Humana
1. Por una parte se encuentran las posiciones machistas, violentas y cerradas que orbitan la figura de Hollman Morris y creen que la política se divide entre quienes apoyaron su candidatura a la alcaldía y quienes se distanciaron por ser personas “tibias”, insisto, según ellos, y sin reconocer que esta era considerada antidemocrática, inviable y poco ética. Este sector acostumbra atacar el feminismo por redes sociales. En sus comentarios asocia a los feminismos con el centro y así descalifican a las mujeres que nos declaramos feministas.
En este sector también se encuentra un grupo que habla de algo denominado “feminismo popular” sin precisar muy bien de qué se trata, que descarta la teoría feminista, y rechaza a las intelectuales o a las mujeres que se encuentran en la academia, tildándolas de “burguesas” o representantes del “feminismo burgués”; además defienden, con argumentos machistas o con ideas simplificadas y descontextualizadas del feminismo, prácticas violentas y pedagogías de la crueldad que obedecen a mandatos de masculinidad.
Existe también un sector que esta juicioso estudiando sobre teorías feministas, que creen en el proyecto de la Colombia Humana y es atacado de manera permanente por ese «feminismo popular», valdría la pena prestarle más atención a Juventud Humana, Género y Diversidades.
2. Parece que Gustavo Petro no tiene mucho conocimiento sobre feminismos ni mucho interés en indagar en ellos, pese a su evidente curiosidad intelectual en múltiples temas, y que está a gusto siendo un hombre de su época. A su vez ha desatendido los llamados de atención, reuniones y solicitudes de las mujeres feministas, distintas a quienes orbitan la figura de Morris, para avanzar en la comprensión de la teoría feminista y su inclusión en la Colombia Humana ya contemplada en el programa. Tampoco demuestra mayor interés en tratar de entender qué es eso del feminismo y lo ve lejano de sus banderas políticas, cuando éste en realidad alimenta y profundiza la democracia y la paz con justicia social.
3. También es cierto que Gustavo Petro con algunos retuits a cuentas violentas, comentarios desafortunados e intervenciones desde el desconocimiento, le da alas a este sector que en muchos casos reniega de la academia y de la importancia de la formación para participar en la arena política, lo que además es absolutamente contradictorio, pues Petro es un hombre estudioso.
4. Parece que Petro no dimensiona aún lo que pasa en las redes sociales y la gravedad del fortalecimiento del machismo entre sus seguidores y cómo este se aleja sustancialmente de la política de la vida y la política del amor, en tanto este comportamiento y los mensajes que difunde, no promueve un diálogo tranquilo y argumentado, tiende a justificar las violencias contra las mujeres y asume un tono legalista que reniega del trasfondo ético de las posiciones y actitudes en política, llevando a que personas afines a la Colombia Humana que plantean críticas abiertamente, se sientan hostigadas e intimidadas para volver a exponer sus ideas.
Sobre Ángela María Robledo
5. Es importante tener varias cosas en cuenta de Robledo. Como es bien sabido, viene de los Verdes y como congresista de ese partido, se destacó por su disciplina, por ejemplo, sacó adelante leyes como la 1719 del 2014 para combatir la impunidad en casos de violencia sexual en el marco del conflicto armado, y también que garantizan los derechos de las mujeres. Impulsó el desarrollo de la Ley 1413 de 2010 sobre el uso del tiempo y el desarrollo de las bases del Sistema Nacional de Cuidado, temas absolutamente relacionados con el feminismo y que significan un avance importante en los derechos de las mujeres en Colombia.
6. Fue una de las mujeres que al interior de la Colombia Humana impulsó el impedimento moral de apoyo a Hollman Morris por las denuncias que cursaban en su contra, dejando muy claro que lo personal es político, siendo consecuente con el feminismo.
7. Por otra parte, hay que decir que Ángela María Robledo nunca se fue completamente de la Alianza Verde, lo que es apenas lógico, su carrera política la hizo en ese partido, de la mano de Antanas Mockus. La conexión era evidente con su permanente respaldo a Claudia López, del que me atrevo a decir:
– Fue mucho más allá del obvio y entendible impedimento moral de apoyar a Morris, que argumentó de forma clara durante la campaña a la alcaldía.
– Y fue mucho más allá del acuerdo programático de mujeres que impulsó en la campaña a la alcaldía, un acuerdo, que cabe decir, fue incumplido de entrada por López, al proponer a una mujer no feminista en la Secretaría de la Mujer.
8. Esta cercanía se ha hecho más clara con el paso del tiempo, por ejemplo, mientras en el Concejo de Bogotá eran adelantados debates de control político por parte de sus copartidarias, Robledo hacía cariñosos llamados de atención a la descuidada y agresiva ‘ciudad cuidadora’; aplaudía efusivamente a la alcaldesa en sus frases y promesas vacías, o ahora con el improvisado y poco ético manejo de la pandemia, retuitea a la alcaldesa sin cuestionar, por ejemplo, lo que ha criticado el gremio médico de situar la nueva cepa como el argumento para legitimar la cuarentena estricta, ocultando la responsabilidad en el aumento de contagios del mes de diciembre, en el que no hubo controles ni una pedagogía efectiva para la compra en el comercio; o los contagios por las aglomeraciones en TransMilenio.
Además, mantuvo un bajo perfil en temas relacionados con la agenda de la Colombia Humana, como el metro subterráneo, el hospital San Juan de Dios o la financiación de lo privado con recursos públicos, con la habilitación de un pabellón de Corferias para recibir pacientes.
9. También es curioso que Robledo insiste en no estar dispuesta a seguir patriarcas, refiriéndose a Petro, pero sigue casi fielmente a Mockus, patriarca del centro neoliberal y promotor del Escuadrón Móvil Antidisturbios.
10. Es paradójico que una mujer que citó en los debates a la presidencia a Arturo Escobar y sus críticas al desarrollismo, que nos hizo pensar que quería en realidad la construcción de un gobierno alternativo, respalde sin chistar a quien creó al Esmad, a quien apoyó la envalentonada a la policía por medio del nuevo Código de Policía, a quien avala y justifica la represión; en un partido que es abiertamente cercano a un exgobernante que tuvo vínculos con un nefasto proyecto desarrollista [Hidroituango], y a un exalcalde que restringió el derecho a la ciudad, para hacer de este un privilegio de las grandes constructoras destructoras de humedales, responsables de desplazamientos internos y desalojos de familias pobres.
Lo cierto es que fue bonito mientras duró. Queda esperar que Gustavo Petro reflexione sobre la importancia de los feminismos que incomodan y tensionan realmente la estructura patriarcal, de lo nocivo que es el machismo y las graves consecuencias que puede traer a su proyecto político y que la cuota electoral femenina, si bien es un paso importante, no es suficiente para que un movimiento se denomine feminista. Y que Ángela María Robledo reflexione sobre ese proyecto alternativo que realmente quiere y qué tan alternativo lo quiere, que ambos aprendan de sus errores y que vean más allá de su nariz, para seguir en la línea de Mägo de Oz.
Es común en la izquierda y los proyectos alternativos que enarbolan la crítica a los discursos y al sistema imperante, como una de sus principales características, criticar la crítica al interior de las organizaciones, movimiento o partidos al considerarla como un síntoma de debilidad que favorece a la derecha. De esta forma van quedando heridas sin sanar que solo contribuyen a agudizar las diferencias. Este artículo se inscribe entonces, en la perspectiva que hace de la crítica un instrumento para fortalecer proyectos de cambio.
Para finalizar y como no soy hipócrita, ni poso de una falsa neutralidad, escribo estas palabras bajo la firme convicción que para que Colombia se democratice en los planos económico, social, político y cultural, desde una perspectiva ambiental, es necesario que la unidad que se logre construir sea con la fuerza del programa de Colombia Humana, que no es un paño de agua tibia, como la propuesta desarrollista y neoliberal del centro político.